“El amor, como la milicia,
rechaza a los pusilánimes y los tímidos que no saben defender sus banderas. Las
sombras de la noche, los fríos del invierno, las rutas interminables, la
crueldad del dolor y toda suerte de trabajos, son el premio de los que militan
en su campo. ¡Qué de veces tendrás que soportar el chaparrón de la alta nube y
dormir a la inclemencia sobre el duro suelo! Dicen que Apolo apacentó en Fera
las vacas de Admeto y se recogía en una humilde cabaña. ¿Quién no resistirá lo
que Apolo lleva en paciencia? Despójate del orgullo, ya que pretendes trabar
con tu amada lazos perdurables. Si en casa te niegan un acceso fácil y seguro y
se te opone la puerta asegurada con el cerrojo, resbálate sin miedo por el
lecho o introdúcete furtivamente por la alta ventana. Se alegrará cuando sepa
el peligro que corriste por ella, y en tu audacia verá la prenda más segura del
amor.”
Ovidio
El arte de amar
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