«Bueno, entonces, se ordenó a sí
mismo, ahora te vas a la cama. No vas a perderte en veinte caminos distintos.
No puedes continuar así. Eres una ruina emocional.
Lo primero: conseguir un
microscopio. Lo primero, repitió mientras se desvestía, ignorando aquel nudo en
el estómago, el deseo de sumergirse sin más en la investigación.
Casi se sentía enfermo, acostado
allí en la oscuridad, y planeando un solo paso adelante. Sabía que debía ser
así. Un primer paso, un primer paso, maldita sea, un primer paso.
Sonrió forzadamente en las
sombras, consolándose con la idea de aquel trabajo definido.
Se permitió sin embargo, antes de
dormir, un nuevo pensamiento. Las picaduras, los insectos, la transmisión de
hombre a hombre… ¿bastaba eso para explicar la horrible rapidez de la plaga?
Se durmió con la pregunta en la
mente. Y, a las tres de la mañana, despertó sintiendo que otra tormenta de
arena sacudía la ciudad. Y de pronto, en una fracción de segundo, encontró la
relación.»
Richard Matheson
Soy Leyenda
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