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11 de septiembre de 2024

El ruido y la furia

«Dicen que Padre estará muerto dentro de un año si no deja de beber y no lo hará no puede desde que yo desde el verano pasado y entonces enviarán a Benjy a Jackson no puedo llorar ni siquiera puedo llorar durante un segundo permaneció en la puerta al segundo siguiente él tiraba de su vestido y gritaba su voz martilleando una y otra vez entre las paredes como oleadas y ellas encogiéndose contra la pared empequeñeciéndose más y más con la cara blanca los ojos parecían dedos clavados en su rostro hasta que él la arrojó de la habitación su voz martilleando en oleadas como si su propio ímpetu le impidiera callar como si no hubiera lugar para ella en silencio gritando»
 
William Faulkner
El ruido y la furia

22 de diciembre de 2020

Luz de agosto


«Han bastado una o dos preguntas para que Lena, sentada en el más alto escalón, con el abanico y el hatillo sobre sus rodillas, relate de nuevo su historia con la paciente y transparente recapitulación de niño que miente; y los hombres, con sus monos de trabajo, la escuchan tranquilamente, en cuclillas a su alrededor.
 
—Ese muchacho se llama Bunch —dice Varner—. Y hará como unos siete años que trabaja en el aserradero. ¿Cómo sabe usted que Bunch está también allí?
 
Ella mira hacia la carretera, en dirección a Jefferson. Su rostro está tranquilo, atento, un poco despegado, pero sin nada de ausente:
 
—Creo que estará allí, en ese aserradero. A Lucas le han gustado siempre el cambio y la novedad. Nunca le ha gustado una vida tranquila. Por eso no le convino nunca el aserradero de Doane. Por eso decidió… decidimos cambiar: por el dinero y por la novedad.
 
—Por el dinero y por la novedad —dijo Varner—. Lucas no es el primer mocoso que, por el dinero y por la novedad, ha dejado de hacer aquello para lo que había nacido y ha abandonado a los que dependían de que lo hiciese.
 
Pero, aparentemente, Lena no escuchaba. Sentada tranquilamente sobre el más alto escalón, mira aquel sitio en donde la carretera tuerce vacía y ascendente, hacia Jefferson. Los hombres, en cuclillas contra la pared, miran su rostro encalmado y plácido y piensan lo que Armstid pensaba y lo que Varner piensa: que sueña con un bribón que la ha dejado en apuros y a quien ellos saben muy bien que no volverá a ver jamás, a no ser, tal vez, los faldones de su chaqueta tensados por el viento de la carrera.»
 
William Faulkner
Luz de agosto

5 de febrero de 2019

Luz de agosto

«Pero ahora comprendo la razón —piensa Byron—. Es porque un hombre teme más a lo que pueda sobrevenirle que a los sufrimientos que ya ha padecido. Prefiere aferrarse a los sufrimientos que ya ha padecido para no arriesgarse a un cambio. Sí. Un hombre hablará de su deseo de escapar a los vivos. Pero los más peligrosos son los muertos. Porque de los muertos no se puede escapar; de los muertos que yacen tranquilamente en alguna parte y que no tratan de retenerlo.»

William Faulkner
Luz de agosto

14 de junio de 2017

Luz de agosto

«Y luego me di cuenta de que era de esa clase de individuos a los que no se les ve a primera vista, aunque estén solos en el fondo de una piscina de cemento vacía.

Cuando se me acercó el individuo, yo le dije de golpe: “No voy a Memphis, si es eso lo que quieren. Voy más allá de Jackson, en Tennesse”. Y él dijo:

—Me parece muy bien. Es justamente lo que necesitamos. Nos haría usted un gran favor.

—¿Adónde quieren ir?

Y él me miraba como mira un tipo que no está acostumbrado a mentir y que intenta inventar rápidamente algo, aun sabiendo que no le van a creer.»

William Faulkner
Luz de agosto

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