Ven, Muerte, tan escondida
que no te sienta conmigo,
porque el gozo de ir contigo
no me torne a dar la vida.
Ven como rayo que hiere,
que hasta que no ha herido
no se siente su ruido
por mejor herir do quiere.
Así sea tu venida,
si no, desde aquí me obligo
que el gozo que habré contigo
me dará de nuevo vida.
que no te sienta conmigo,
porque el gozo de ir contigo
no me torne a dar la vida.
Ven como rayo que hiere,
que hasta que no ha herido
no se siente su ruido
por mejor herir do quiere.
Así sea tu venida,
si no, desde aquí me obligo
que el gozo que habré contigo
me dará de nuevo vida.
Comendador Juan Escrivá
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