«Frank, como los demás
hombres, creía que una mujer debía estar guiada siempre por el superior
conocimiento de su esposo, que debía aceptar totalmente sus opiniones y no
poseer ninguna propia. Él hubiera cedido ante la mayor parte de las mujeres.
Las mujeres eran pequeños seres tan especiales que no importaba satisfacer sus
antojillos. Suave y moderado por naturaleza, no era dado a oponerse mucho a su
esposa. Hubiera sido un placer para él complacer los pueriles caprichos de una
dulce personilla y reñirla cariñosamente por sus infantiles prodigalidades.
Pero las cosas que se proponía hacer Scarlett eran inadmisibles.
Lo del aserradero, por
ejemplo, Frank Kennedy experimentó el mayor asombro de toda su vida cuando
Scarlett le dijo, contestando a sus preguntas y sonriendo dulcemente, que tenía
la intención de dirigirlo ella misma. “Dedicarme yo misma al negocio de la
madera”, fue su respuesta. Frank no olvidaría jamás el horror de aquel momento.
¡Dedicarse ella a los negocios! Era inconcebible. En Atlanta no había mujeres
dedicadas a los negocios. A decir verdad, Frank no había oído jamás que ninguna
señora se dedicase a los negocios en ninguna parte. Si una mujer tenía la desgracia
de verse obligada a ganar algún dinero para ayudar a la familia en tiempos tan
difíciles, lo ganaba de manera discreta y femenina: junto a un horno, como la
señora Merriwether; o pintando porcelana, cosiendo o tomando huéspedes, como la
señora Elsing y Fanny; o enseñando en una escuela, como la señora Meade; o
dando lecciones de música, como la señora Bonnell. Aquellas mujeres ganaban
dinero, pero se quedaban en sus casas para ganarlo, como debía hacer una mujer.
Pero que una mujer abandonase la protección del hogar y se aventurase por el
duro mundo masculino, compitiendo en los negocios con los hombres, dándose
codazos con ellos, exponiéndose a los insultos y a las murmuraciones…
¡Especialmente cuando no necesitaba hacerlo, cuando tenía un marido plenamente
capaz de mantenerla!»
Margaret Mitchell
Lo que el viento se llevó
Lo que el viento se llevó
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