«Él era en aquel entonces un joven
notablemente apuesto, de gran inteligencia, energía y brillantez, y Anne, una
joven extraordinariamente bonita, dulce, modesta y dotada de gusto y
sensibilidad… Habría bastado con la mitad de los atractivos en el uno y en el
otro, porque él no tenía nada que hacer, y ella a nadie a quien amar; pero la
conjunción de tantas prendas no pudo dejar de tener su efecto. Se fueron
conociendo poco a poco; y una vez que se conocieron, se enamoraron rápida y
profundamente. Sería difícil decir cuál de los dos había visto en el otro la
más alta perfección, o cuál fue el más feliz: si ella al aceptar la declaración
de él y sus proposiciones, o él al verlas aceptadas.»
Jane Austen
Persuasión
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