“—Está la muerte de sir Charles.
—A quien se encontró sin señal alguna que sirviera para indicar de qué había muerto. Usted y yo sabemos que murió de espanto y cuál fue el objeto que lo causó, pero, ¿cómo habríamos de convencer al Jurado? ¿Qué pruebas hay de que existió el perro? ¿Dónde están las marcas de los colmillos? Aunque es bien sabido que el perro no muerde a un cadáver, y que sir Charles murió antes de que el animal le alcanzasé, nada de eso podemos probar. No, amigo mío, es inútil; por ahora tenemos que resignarnos, porque no es posible presentar una acusación en toda regla. Hay que esperar un poco.”
Sir Arthur Conan Doyle
El perro de los Baskerville
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