30 de abril de 2010

After dark

“—A mí me parece que tienes las cosas muy claras.

Mari niega con la cabeza.

—¡Qué va! ¡Pobre de mí! Ni una cosa ni otra. Cuando era pequeña, no tenía confianza en mí misma, era muy tímida. Y en la escuela, por eso, los otros niños se metían siempre conmigo. Era un blanco fácil. ¿Sabes que aún conservo dentro de mí todas aquellas sensaciones? Incluso sueño a menudo con ello.

—Pero con el paso del tiempo y esforzándote mucho, has conseguido mantenerlos a raya, ¿no? Esos recuerdos odiosos.

—Cada vez más —admite Mari. Y asiente—. Poco a poco. Yo soy de ese tipo de personas. De las que se esfuerzan.

—¿Esas que van siguiendo su camino, solas, currando día a día? Como el herrero del bosque.

—Sí.

—Pues a mí me parece admirable ser capaz de hacer algo así.

—¿De esforzarme?

—Ser capaz de esforzarte.

—¿Aunque no ganes nada con ello?

Kôrogi sonríe sin contestar.

Mari reflexiona sobre lo que ha dicho Kôrogi. Y sigue hablando:

—Creo que, poco a poco, invirtiendo mucho tiempo, me he ido creando un mundo propio. Y cuando estoy en él, yo sola, me siento hasta cierto punto tranquila y segura. Pero el hecho de haber tenido que construirme este mundo significa, en sí mismo, que soy una persona débil, frágil, ¿no? Además, desde el punto de vista de la sociedad, mi mundo es algo insignificante. Parece una casa de cartón que un vendaval puede llevarse en un abrir y cerrar de ojos…

—¿Tienes novio? —le pregunta Kôrogi.

Mari hace un pequeño gesto negativo con la cabeza.

—¿Todavía eres virgen? —dice Kôrogi.

Mari se ruboriza y asiente con un pequeño gesto de cabeza.

—Sí.

—Bueno. No tienes por qué avergonzarte de ello.

—Ya.

—¿No te has enamorado nunca? —pregunta Kôrogi.

—He salido con un chico. Pero…

—Has llegado hasta cierto punto, pero no has tenido ganas de llegar hasta el final.

—Sí —asiente Mari—. Sentía curiosidad, por supuesto. Pero no me apetecía demasiado. No sé…

—¿Y qué? Está muy bien. Si no tenías ganas, hiciste bien en no forzarte a ti misma a hacerlo. Para serte sincera, yo me he acostado con muchos hombres, pero, pensándolo bien, la verdad es que lo hice por miedo. Porque me sentía insegura cuando nadie me abrazaba, porque no me atrevía a decir que no cuando me lo pedían. Sólo eso. Y acostarse con alguien de esa manera no es nada bueno. Vas dejando de encontrarle sentido a la vida. ¿Entiendes a qué me refiero?

—Más o menos.

—Me refiero a que tú, cuando encuentres a alguien que valga la pena, empezarás a sentirte más segura de ti misma. Porque, cuando te andas con medias tintas, fatal. En este mundo hay cosas que sólo puedes hacer sola y cosas que sólo puedes hacer con otra persona. Es importante ir combinando las unas con las otras.”

Haruki Murakami
After dark

No hay comentarios:

Vistas de página en total

Con la tecnología de Blogger.
emerge © , All Rights Reserved. BLOG DESIGN BY Sadaf F K.