«Lo único que yo haría si
tuviera poder sería no hacer prisioneros. ¿Qué es eso de hacer prisioneros? Es
caballeresco. Son mis enemigos, para mí son todos unos criminales. Hay que
ajusticiarles. Si son mis enemigos no pueden ser mis amigos, por muchas
conversaciones que mantuviera Alejandro Pávlovich en Tilsit. Eso solamente
cambiaría la guerra y la haría menos cruel. Hemos jugado a la guerra, a
hacernos los magnánimos y cosas así. Y toda esa magnanimidad se reduce a que no
queremos ver cómo matan al ternero, pero después nos lo comemos con salsa. Nos
hablan de derechos, de caballerosidad, de parlamentarismo, de compadecerse del
que está sufriendo, etcétera. ¡Todo eso es absurdo! En el año 1805 yo vi esa
caballerosidad y ese parlamentarismo. Nos engañaron y nosotros engañamos.
Saquean casas, ponen en circulación billetes falsos y lo que es peor de todo,
matan a nuestros hijos y nuestros padres y hablan de derechos y de razón. La
única razón aquí es para entender que lo único que me exhorta a luchar es la
brutalidad. Sobre ella se fundamenta todo. No hacer prisioneros, el que esté
preparado para ello como yo lo estoy ahora, ese debe guerrear, en caso
contrario que se quede en casa y vaya al salón de Anna Pávlovna a conversar.»
Lev Tolstói
Guerra y paz
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