«El príncipe, en su experiencia vital, había
aprendido el necesario arte de hablar solo con la boca y de contemplar sin ver,
ese arte que todos nosotros aplicamos inconscientemente, como cuando nuestros
ojos se detienen obstinadamente en un objeto que no vemos, o cuando
pronunciamos las palabras que hemos aprendido sin pensar en ellas y que
aplicamos conscientemente cuando deseamos mirar a algo horrible sin asustarnos
o pronunciar palabras conmovedoras sin que nos tiemble la voz. Un arte que
consiste en accionar dos mecanismos; el de los fenómenos exteriores y el de la
vida interior del espíritu, para que ese eje, engranaje y correas, ese
dispositivo de transmisión que en condiciones normales existe entre dos mecanismos,
deje de existir.»
Lev Tolstói
Guerra y paz
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