«Kortatu tocan con Cicatriz en un bar de Vitoria
y después se van de fiesta. Uno de sus colegas, sin que lo vean los demás,
rompe con la cabeza un escaparate. Acaban en una comisaría en la que
prácticamente no caben. Otro colega, para que no le pillen, se traga una bolsa
de speed durante el trayecto; le sube
dentro de la comisaría. Entonces saca una armónica y le pregunta al madero si puede
tocar. Insiste tanto que lo consigue. Empieza a tocar la melodía de “Oh,
Susana” y todos se ponen a bailar. Los miembros de Kortatu, Cicatriz y varias
decenas de punkis acaban contra la pared.»
Roberto Herreros e Isidro López
El Estado de las cosas de Kortatu. Lucha, fiesta y guerra sucia
El Estado de las cosas de Kortatu. Lucha, fiesta y guerra sucia
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