«―Fue una idiotez pensar que era él ―murmuró―.
Quiero decir… ya sé que está muerto.
―¿Piensas que los muertos a los que hemos querido
nos abandonan del todo? ¿No crees que los recordamos especialmente en los
mayores apuros? Tu padre vive en ti, Harry, y se manifiesta más claramente
cuando lo necesitas. ¿De qué otra forma podrías haber creado ese patronus tan
especial? Cornamenta volvió a galopar anoche. ―Harry tardó un rato en
comprender lo que Dumbledore acababa de decirle―. Sirius me contó anoche cómo se
convertían en animagos ―añadió Dumbledore sonriendo―. Una hazaña
extraordinaria… y aún más extraordinario fue que yo no me enterara. Y entonces
recordé la muy insólita forma que adoptó tu patronus cuando embistió al señor
Malfoy en el partido contra Ravenclaw. Así que anoche viste realmente a tu
padre… Lo encontraste dentro de ti mismo.
Y Dumbledore abandonó el despacho dejando a Harry
con sus confusos pensamientos.»
J. K. Rowling
Harry Potter y el prisionero de Azkaban
Harry Potter y el prisionero de Azkaban
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