18 de enero de 2023

La campana de cristal

«El problema era que siempre había sido una inepta, solo que no me había parado a pensarlo.
 
La única cosa que se me daba bien era conseguir becas y premios, y esa época estaba tocando a su fin.
 
Me sentí como un caballo de carreras en un mundo sin hipódromos, o como un campeón de fútbol universitario plantando cara de pronto a Wall Street y un traje de ejecutivo, viendo sus días de gloria reducidos a una pequeña cosa de oro sobre la repisa, con una fecha grabada como la fecha en una lápida.
 
Vi la vida ramificándose ante mí igual que la higuera verde del cuento.
 
De la punta de cada rama, como un suculento higo morado, un futuro maravilloso me atraía y me tentaba. Un higo era un marido y un hogar feliz y niños, y otro higo era una poeta famosa, y otro higo una profesora brillante, y otro higo era E.G., la fantástica editora, y otro higo era Europa y África y Sudamérica, y otro higo era Constantin y Socrates y Attila y un pelotón de otros amantes con nombres curiosos y profesiones estrafalarias, y otro higo era una campeona olímpica de remo, y más allá y por encima de esos higos había muchos más que no acertaba a distinguir.
 
Me vi sentada en la horcadura de esa higuera, muriendo de hambre solo porque no podía decidir cuál de los higos deseaba. Los quería todos, pero elegir uno significaba perder los demás, y mientras permanecía allí sentada, incapaz de decidirme, los higos empezaban a arrugarse y a ponerse negros, y uno por uno caían en el suelo a mis pies.»
 
Sylvia Plath
La campana de cristal

No hay comentarios:

Vistas de página en total

Con la tecnología de Blogger.
emerge © , All Rights Reserved. BLOG DESIGN BY Sadaf F K.