«Las pequeñas ciudades
siempre preservan un contingente de personas crónicamente infelices, escribió
Roberto Piazza, y la infelicidad general conducía a numerosos suicidios que
estaban inducidos por el clima, en las ciudades pequeñas la gente tiene tendencia a los suicidios,
muchos tienen la sensación de falta de aire porque no tienen fuerza para
cambiar la situación en la cual se encuentran, eso es lo que afirmaba Thomas
Bernhard, escribió en su carta Roberto Piazza. Él, Roberto Piazza, estaba de
acuerdo con Carlo Michelstaeder en que la vida humana estaba hecha de
remordimientos, de mala conciencia, de melancolía, de aburrimiento, de miedo,
de rabia y de sufrimiento y que todas las acciones del hombre mostraban que el
hombre, de hecho, era un ser pasivo que toda la vida no hace otra cosa que
rehacer; revisitar, completar su propia biografía y también las biografías de
los que viven a su alrededor, escribió Roberto Piazza, de manera que ella, su
exprofesora, no era culpable de no haber sabido nada sobre los asesinatos en el
campo de concentración de San Sabba y en cambio se dedicara, ella, Haya
Tedeschi, solo ir al cine y a sus citas amorosas.»
Daša Drndić
Trieste
Trieste
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