«―¿Por qué nadie me lo dijo
antes?
Entonces Magdalena pareció
abrir bruscamente un grifo obturado, y de él surgió el agua a borbotones, como
un rugido.
―¡Porque en esta casa todo se
guarda en secreto hasta que se pudre, y ya nada tiene remedio!
―No te enfades, Magdalena… Yo no estoy enfadada. Solo que… me duele. Por Yago.
―¿Te duele saber que ese pobre hombre, la víctima del egoísmo del Coronel, de su falta de generosidad, es tu hermano…, y de que el niño se quedara aquí y creciera sin amor?
―No ―interrumpió Eva, con una súbita energía, impropia de ella―. Me duele no haber tenido tiempo de quererle…, teniendo tanto tiempo.»
Ana María Matute
Demonios familiares
―No te enfades, Magdalena… Yo no estoy enfadada. Solo que… me duele. Por Yago.
―¿Te duele saber que ese pobre hombre, la víctima del egoísmo del Coronel, de su falta de generosidad, es tu hermano…, y de que el niño se quedara aquí y creciera sin amor?
―No ―interrumpió Eva, con una súbita energía, impropia de ella―. Me duele no haber tenido tiempo de quererle…, teniendo tanto tiempo.»
Demonios familiares
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