«Así
pues, vi cómo Alex y Nina subían al altar. La novia estaba preciosa
con su vestido arreglado.
Oí cómo
el sacerdote volvía a hacerles la pregunta del “Quieres”.
Primero
contestó Alex: “¡Sí, quiero!”
Luego Nina
susurró: “Sí, quiero… de todo corazón.”
Lo miraba
completamente enamorada.
En aquel
momento lo tuve claro: Nina aprovecharía su oportunidad y
disfrutaría de una vida familiar feliz.
Una
oportunidad que yo también tuve cuando era humana.
Y que no
aproveché.
Había
malgastado mi vida humana.
Y al llegar
a esa conclusión se produjo un crac.
Bueno, no
se produjo realmente un crac, pero ¿cómo describir el ruido que
hace el corazón al romperse?
A lo mejor
así: es el ruido más espantoso que existe.
Y el dolor
más brutal, con mucho.
Un dolor
mortal.»
David
Safier
Maldito
karma
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