«No lo pienses más,
Giovanni Drogo, no te vuelvas hacia atrás ahora que has llegado al borde de la
altiplanicie y el camino está a punto de hundirse en el valle. Sería una estúpida
debilidad. La conoces piedra a piedra, podría decirse, la Fortaleza Bastiani,
desde luego no corres peligro de olvidarla. El caballo trota alegremente, el
día es bueno, el aire tibio y ligero, la vida aún larga por delante, casi está
aún por empezar; ¿qué necesidad habría de echar un último vistazo a las
murallas, a las casamatas, a los centinelas de turno en el borde de los
reductos? Se vuelve así lentamente una página, se extiende al lado opuesto,
agregándose a las otras ya acabadas, por ahora es sólo una capa fina, las que
quedan por leer son, en comparación, un montón inagotable. Pero de todos modos
siempre es una página gastada, mi teniente, una porción de vida.»
Dino Buzzati
El desierto de los tártaros
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