«Conozco a Taddeus Montag, el
amigo de Zwonimir, el rotulista que es en realidad caricaturista. Es vecino
mío, vive en la 715. Ya lleva unas semanas aquí, y a mi lado ha estado
muriéndose de hambre Taddeus Montag, sin lamentarse jamás. Los hombres son
mudos, más mudos que los peces; antes gritaban cuando alguien les hacía daño;
pero en el transcurso de los años han perdido la costumbre de gritar.
Taddeus Montag es un candidato a
morir, flaco, pálido y alto, anda por las losas desnudas del sexto piso. Las
suelas de sus zapatos están deshechas, es cierto, pero incluso las blandas
zapatillas de Hirsch Fisch se oyen sobre el suelo de piedra. Y es que Taddeus Montag
tiene ya el paso silencioso de una sombra, de un difunto. Se me acerca en
silencio; como un mudo, se queda junto a la puerta y su mudez es algo que le
parte a uno el corazón.»
Josepth Roth
Hotel Savoy
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