EDMOND
La
estupidez del mundo es tan superlativa que, cuando nos aquejan las desgracias,
normalmente producto de nuestros excesos, echamos la culpa al sol, la luna y
las estrellas, como si fuésemos canallas por necesidad, tontos por coacción
celeste; granujas, ladrones y traidores por influjo planetario; borrachos,
embusteros y adúlteros por forzosa sumisión al imperio de los astros, y
tuviésemos todos nuestros vicios por divina imposición. Prodigiosa escapatoria
del putero, achacando su lujuria a las estrellas. Mi padre se entendió con mi
madre bajo la cola del Dragón y la Osa Mayor presidió mi nacimiento, de donde
resulta que soy duro y lascivo. ¡Bah! Habría salido el mismo si me bastardean
mientras luce la estrella más virgen de todo el firmamento.»
William
Shakespeare
El rey Lear
No hay comentarios:
Publicar un comentario