«¿Cómo
voy a respetar a alguien, cómo voy a entregarle mis sentimientos y mis
pensamientos a una persona que desde que se levanta hasta que se acuesta no
hace más que cambiarse de ropa y emperifollarse para resultar más atractiva?
Ella dice que con sus plumas, sus pieles y sus fragancias no pretende gustar a
nadie más que a mí… pero no es cierto. Quiere gustar a todos, quiere que su
presencia suscite una intensa y persistente excitación en el sistema nervioso
de todos los individuos del sexo masculino.»
Sándor Márai
La mujer justa
No hay comentarios:
Publicar un comentario