“Comprendía que todo esto era una insensatez, que mi vida cimentada tan poco sólidamente, se deslizaría de seguir así por la cuerda floja del presagio nefasto y, en consecuencia lógica, del abatimiento. Pero a pesar de todo, no me consideraba con fuerzas para remontar este influjo pesimista. Me constaba que era un error, una realidad desorbitada, pero me atraía el vértigo de este error, aun a sabiendas de que era tal error, como seducen las fauces abiertas de un abismo aun a conciencia de que abajo se esconde la muerte.”
Miguel Delibes
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