8 de julio de 2010

Cierra la última puerta

“—Escucha, Walter, que le caigas mal a todo el mundo, que todos se metan contigo no es algo arbitrario: tú mismo lo provocas.

Anna había dicho aquello; aunque la parte más sana de sí mismo le decía que ella actuaba de buena fe (si Anna no era una amiga, ¿entonces quién?), la consideró despreciable y empezó a decir por todas partes que la odiaba y que sabía qué clase de puta era. “¡No os fiéis de esa mujer! —dijo—, no la creáis a la tal Anna, su franqueza es sólo una fachada para encubrir su agresividad reprimida, es una embustera, no hay quien se crea una palabra de lo que dice, ¡Dios mío, es un peligro!” Obviamente todo lo que decía llegaba a oídos de Anna, de modo que cuando le habló, tal y como habían quedado, de ir juntos al estreno de una obra, ella le dijo:

—Perdona, Walter, pero no puedo permitirme el lujo de verte más. Te entiendo perfectamente y te aprecio bastante, pero tu agresividad es muy compulsiva; aunque no toda la culpa es tuya, no quiero volver a verte, es un lujo que no puedo permitirme porque tampoco yo estoy demasiado bien.

¿Por qué? ¿Qué había hecho? Claro que había hablado mal de ella, pero no con mala intención; después de todo, le dijo a Jimmy Bergman (ese sí que es un falso donde los haya), ¿de qué servía tener amigos si no se podía hablar de ellos objetivamente?

Él dijo que tú dijiste que vosotros dijisteis que nosotros decíamos. Una y otra vez lo mismo, como el ventilador en el techo y las aspas que no dejaban de girar tratando en vano de aligerar el aire, una vuelta y otra, un tictac que contaba los segundos del silencio.”

Truman Capote
Cierra la última puerta

5 de julio de 2010

La metamorfosis

"Cuando Gregorio Samsa despertó aquella mañana, luego de un sueño agitado, se encontró en su cama convertido en un insecto monstruoso. Estaba echado sobre el quitinoso caparazón de su espalda, y al levantar un poco la cabeza, vio la figura convexa de su vientre oscuro, surcado por curvadas durezas, cuya prominencia apenas si podía aguantar la colcha, visiblemente a punto de escurrirse hasta el suelo. Innumerables patas, lamentablemente escuálidas en comparación con el grosor ordinario de sus piernas, ofrecían a sus ojos el espectáculo de una agitación sin consistencia."


Franz Kafka
La metamorfosis

2 de julio de 2010

El lobo estepario

“Soledad era independencia, yo me la había deseado y la había conseguido al cabo de largos años. Era fría, es cierto, pero también era tranquila, maravillosamente tranquila y grande, como el tranquilo espacio frío en que se mueven las estrellas.”


Hermann Hesse
El lobo estepario

1 de julio de 2010

El Padrino

“Pero los grandes hombres no nacen, sino que se hacen, y eso fue lo que sucedió en el caso de Vito Corleone. Cuando llegó la Prohibición, Vito Corleone dio el paso decisivo, el que habría de permitirle dejar de ser un comerciante, poco escrupuloso, pero comerciante y de poca monta, para convertirse en un gran Don de los negocios ilegales. Esto no ocurrió en un día, ni en un año, pero al terminar la Prohibición, al comienzo de la Gran Depresión, Vito Corleone era ya el Padrino, el Don, Don Corleone.”


Mario Puzo
El Padrino

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